La casa de Concepción Lavore donde fue asesinada |
El 9 de abril pasado, un hombre identificado como Salvador Antonio Lavore se presentó en el juzgado Nº 17 para tramitar la declaratoria de herederos de la mujer de 73 años asesinada en su casa de Suipacha 2124 durante febrero de este año.
A la vista del juzgado, se trata de una acción usual emprendida por los familiares directos de un fallecido cuando hay bienes para distribuir entre los descendientes. Tres más uno. En el mismo acto administrativo, el interesado abrió causas para recibir los bienes de otras tres personas muertas.
“Pedimos informes al Registro de Procesos Universales, donde se constató que los familiares directos de esos fallecidos ya habían formalizado la herencia en otros juzgados”, comentó a La Capital Alejandro Martín, titular del juzgado. Cuando le comunicaron al interesado esa información, desistió continuar con la declaratoria en esos tres casos, pero no renunció en el expediente de Lavore.
Los funcionarios judiciales solicitaron entonces la documentación de rigor: la partida de nacimiento, para constatar que era hijo de la anciana, y el certificado de defunción. Hasta allí todo parecía normal; aunque para el juez Martín y su secretario, Ricardo Lavaca, había algo que no cerraba. Sobre todo cuando notaron que en el motivo del deceso figuraba “muerte violenta”.
Todo salió a la luz cuando una abogada ingresó un escrito por cual solicitó abrir el mismo trámite, pero a favor de dos familiares directos de la anciana.
Al mismo tiempo, el juzgado libró un oficio al Registro Civil para constatar la legitimidad de la partida de nacimiento de “Salvador Antonio”. Desde la oficina provincial se contestó el requerimiento de Martín y quedó en evidencia la maniobra. Falsificación. “No encontraron ninguna partida de nacimiento a su nombre. Es más, la funcionaria titular del archivo del Registro nos informó textualmente: «Acta no localizada en ninguna repartición local, se presume error o falsificación»”, remarcó el magistrado.
Tal fue la preocupación de la directora del Registro que pidió la remisión de la partida de nacimiento, la cual incluso lleva su firma falsificada mediante un método de “escaneo”.
Los funcionarios judiciales no salían de su asombro al advertir que la víctima formó parte de la saga de asesinatos en el barrio Parque. Lavore fue hallada el 19 de febrero de 2010 en su casa de Suipacha al 2100. Tenía una bolsa de plástico colocada sobre la cabeza, a modo de capucha y las evidencias mostraron que se trató de un asesinato.
Si bien no se avanzó a la instancia que permite chequear los bienes, se presume que la herencia Concepción era la casa donde vivía y un auto. Ante las serias irregularidades detectadas, el juez Martín decidió paralizar el expediente (Nº 401/2010) y convocó a una audiencia para el 30 de septiembre próximo, cuando incluso deberán dar explicaciones los abogados patrocinantes del supuesto hijo de la víctima respecto a la evidente falsificación de un instrumento público.
“No es habitual que sucedan estas cosas. Esta es una historia con final abierto”, dijo el juez, sorprendido por la repercusión que tuvo el caso en su Tribunal.
Por Claudio González / La Capital
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