Procesan a Martín Santoro por tres homicidios y desligan a sus hermanos

Martín Roberto Santoro, de 34 años, fue procesado ayer por tres casos de homicidio agravado, ocurridos en barrio Parque y en Zavalla en el curso de este año. Sus dos hermanos menores, Federico, de 30 años, y
Cristian, de 28, fueron favorecidos con una medida de falta de mérito. Eso los deja a ambos a punto de quedar definitivamente desvinculados del caso por ausencia de
pruebas  en contra, tras pasar 48 días privados de libertad, la mayor parte en una cárcel común.

El mayor de los hermanos Santoro es desde ayer el único que permanecerá en prisión del grupo de siete personas imputadas en estos hechos. La imputación que le formula la jueza de Instrucción Nº 5, María Luisa Pérez Vara, lo equipara al autor material de los asesinatos. La figura penal es homicidio críminis causa, que implica matar para asegurar impunidad en otro delito, en este caso el robo. La pena prevista para este delito es la de prisión perpetua.

Ayer se fue en libertad Alicia P., de 55 años, vecina de uno de los comercios de los Santoro, que había sido apresada por unas llamadas entre su casa y la de una de las víctimas de asesinato. Lo mismo ocurrió con Natalia L., de 28, que trabaja en la verdulería de Roberto Santoro, el padre de los muchachos. Ambas mujeres recibieron la falta de mérito.

Dos hombres que fueron detenidos el 9 de junio último, cuatro días después de los verduleros, fueron procesados por encubrimiento de homicidio agravado. Son José Antonio Marotto, de 33 años, y Matías Alberto Mazzoni, de 24. Quedaron presos después de que Martín Santoro le marcara a los encargados de la investigación judicial los lugares donde se reducían objetos robados y se guardaban armas del grupo. Como la figura penal que les endilgaron es excarcelable sus abogados pidieron su libertad ni bien se notificaron de la medida ayer a media tarde.

Un tercer hombre que fue detenido el mismo día que Marcatto y Mazzoni, pero que ya estaba en libertad, también recibió falta de mérito. Se llama Carlos C, tiene 24 años y es propietario de un almacén en zona sur.

Los crímenes. Los hechos que se le atribuyeron a Martín Santoro son tres. El primero es el de Concepción Lavore, de 73 años, encontrada sin vida en su casa de Suipacha 2124 de barrio Parque el 19 de febrero último. El siguiente es el de José Savini, un jubilado de 73 años, locutor en una radio de Zavalla, apuñalado en su vivienda de esa localidad el 13 de mayo. La última de la serie fue Susana García de Giménez, una docente jubilada de 75 años, asfixiada en Riobamba 3036, el 27 de mayo.

El 5 de junio pasado Martín Santoro fue detenido cuando salía de su casa de Villa Gobernador Gálvez y abordaba un vehículo. En el allanamiento efectuado allí en presencia del fiscal Eduardo Paz se hallaron perfumes importados, cremas y otros elementos que fueron reconocidos como propios de Susana García por una hija de la mujer. También encontraron allí un acordeón, un piano eléctrico y un equipo de música de José Savini. Y finalmente se identificaron dos relojes como pertenecientes a Concepción Lavore. Uno de ellos tenía grabadas las iniciales CL en la carcaza que resguarda el mecanismo.

Bajo llave. Pese a la trascendencia pública mayúscula que tuvo este caso y a que se trata de un acto de gobierno, desde el juzgado actuante no dieron a conocer la resolución.

Se trata de una secuencia de epsisodios compleja tanto en su génesis como en su investigación. Pese a que el principio fuentes tribunalicias y policiales aludieron a la existencia de pruebas comprometedoras en contra de los hermanos Santoro, estas luego no se verificaron excepto para Martín. Los familiares de dos de los imputados —los dos que terminaron procesados por encubrimiento— denunciaron ante la Corte Suprema al tribunal interviniente por arbitrariedad: señalaban que frente a la imputación de delitos iguales algunos acusados habían obtenido medidas de prisión atenuadas y otros no.

Marotto y Mazzoni, procesados por encubrimiento de homicidio, fueron detenidos el 9 de junio último, después de que Martín Santoro los marcara desde un auto en el que iba el secretario del juzgado, Oscar Trueno, en la zona de Uruguay al 3900, donde se allanaron dos domicilios. En ese momento los pesquisas dijeron que se incautaron electrodomésticos que los comprometían en el caso. Los abogados de ambos, Adrián Ruiz y José Ferrara, anunciaron ayer que apelarán el reproche a sus clientes, que según aduce no se fundamenta en pruebas convincentes.