El tiempo - Tutiempo.net
Home » » "Entendemos el dolor de la gente, pero nosotros no hicimos nada"

"Entendemos el dolor de la gente, pero nosotros no hicimos nada"

Written By Charles Francis on 08 julio 2010 | 7:34

Federico y Cristian: “Es importante que nos vean, sufrimos pero no tenemos nada que ocultar”. 
Un patrullero vigila la casa de pasaje Coffin al 3300 donde los hermanos Cristian y Federico Santoro, implicados hace un mes en una trama de delitos en barrio Parque,
cumplen prisión domiciliaria desde el viernes. Hace cinco horas que un grupo de vecinos se agolpó en la calle para pedir que los saquen de allí, pese a que no hay evidencia reconocida contra ellos ni un pronunciamiento judicial en su contra. Puertas adentro, los hermanos aseguran que estos incidentes les provocan angustia pero no incomprensión: “Entiendo a mis vecinos porque siempre pensé que a la gente la arrestan por algo _responde Cristian_. Si no me hubiese pasado a mí, nunca habría creído que es posible tener a alguien preso sin ninguna prueba. Llevo treinta días detenido y todavía no entiendo por qué”.

   Cristian y Federico Santoro, de 28 y 30 años, acceden por primera vez a hablar con la prensa porque aseguran que no tienen “nada que ocultar”. Acompañados por su abogado Rafael Tamous, a medida que responden preguntas no dejan de formular otras: “¿Cómo puede ser que nadie me explique por qué estamos presos? ¿Por qué no me muestran una prueba? ¿Por qué estoy detenido?”, pide explicaciones el menor de los hermanos, hasta que lo abandona la voz, se quiebra, llora como un chico y busca consuelo en un abrazo de su padre.

    Los dos remarcan que son inocentes, dicen que están detenidos sin evidencias y aseguran que tenían poca relación con su hermano Martín, de 34 años, a quien le secuestraron elementos de víctimas de homicidios en su casa de Villa Gobernador Gálvez.

El arresto. Los hermanos dicen que cuando los detuvieron, la tarde del sábado 5 de julio, no entendían lo que pasaba. “En el momento en que me arrestaron yo estaba durmiendo en mi casa —recordó Cristian—. Me tocaron la puerta, me asomé y abajo estaban un uniformado, un policía, y un tipo de civil. Me dijeron que habían querido robar en el negocio y salí corriendo para la esquina. Vinieron como cinco tipos, me agarraron del brazo, me pegaron y me tiraron al piso. En la comisaría me dijeron que estaba acusado de robo y homicidio y ahí me quebré y empecé a llorar. No entendía nada. Hasta el día de hoy no entiendo por qué estoy arrestado. Estuve tres días encerrado en un calabozo sin agua, sin comida, muerto de frío, todo sucio, incomunicado. Nunca supe por qué estaba preso y me lo pregunto hasta el día de hoy”.

   A Federico el operativo lo sorprendió un rato más tarde, mientras dormía. Su hermano ya estaba esposado en la esquina cuando en la casa de planta alta irrumpieron cuatro policías de civil y dos vecinos que presenciaron el allanamiento como testigos.

   “Les dije que revisaran la casa tranquilos total mi hermano es sano y yo también. Encontraron un arma que era de mi abuelo y que mi hermano había traído después de sufrir un asalto, 17.357 pesos que eran del negocio, dos relojes de los que tenemos facturas de compra y un juego de llaves. A los cuatro días, cuando declaré en Tribunales, una sumariante me dijo que yo estaba preso por haber estado en el lugar menos indicado a la hora menos indicada. Después de declarar lo encaré al juez (Andrés Donnola) y le dije: ¿Por qué me incriminás si no hay nada contra mí, si en mi vida robé un chocolatín? No me respondió. Se fue. Necesito que alguien me dé esa respuesta”, expresó.

Sin contacto. En la causa que se tramita ahora en el juzgado de Instrucción a cargo de María Luisa Pérez Vara, los dos hermanos fueron acusados del crimen de Susana García de Giménez, asesinada el 27 de mayo durante un robo a su casa de Riobamba 3336.

   Ellos aseguran que no conocían a la mujer, que no era clienta del autoservicio que administran y que sólo habían tenido contacto con un familiar que es abogado, a quien le habían derivado el trámite judicial por un accidente de tránsito del chofer del taxi que compraron en sociedad años atrás. Juntos administran, además, el autoservicio de Francia y pasaje Coffin y una carnicería.

   Juran que tampoco conocían a Concepción Lavore, una jubilada asesinada en febrero pasado y por cuya muerte fue imputado sólo Federico.

   Según el defensor Tamous, el muchacho fue implicado porque solía guardar una moto en la casa de una conocida del barrio, Alicia P. En la casa de esa mujer se detectaron llamados cruzados con el teléfono de la víctima en el mes del homicidio. El defensor sostiene que Federico no guardaba la moto en esa casa en la época del crimen sino tres años atrás. “Esa mujer no era clienta nuestra. Si tienen dudas que pidan informes de las llamadas y van a ver que nunca nos llamó por teléfono”, dijeron los hermanos.

   “Yo no creía que había una Justicia así, que te podían encerrar por encerrarte. Porque siempre tuve el pensamiento de que si te arrestan es porque robaste algo, si te acusan es mínimamente porque te investigan. Si a mí me hubiesen investigado nunca me habrían metido preso. Porque nunca en mi vida hice nada, toda mi vida laburé y después la gente viene y te dice asesino...”, continúa Cristian y lo interrumpe el llanto que trata de ahogar en un abrazo con su padre, Roberto Santoro.

    “Lo más importante es separar a mis hijos de esta situación. Que el barrio sepa que son inocentes. Tengo 35 años trabajando en estas cuadras. Yo sé que hay mucha gente que sigue confiando en mí”, dirá entonces el dueño de la tradicional verdulería de Riobamba y Francia.

Distancia. Los dos hermanos Santoro estuvieron detenidos en un pabellón de la alcaidía de Jefatura y, según cuentan, recién a los 15 días los pusieron al tanto del tenor de la prueba que compromete a su hermano Martín: “Lo que tengan que preguntarle a mi hermano que se lo pregunten a él. El tiene 34 años, es una persona mayor que trabaja en el negocio de nuestro padre. Nosotros vivimos solos y somos independientes”.

   Cuentan que en estos días se sostienen con el apoyo incondicional de amigos, conocidos y algunos vecinos que se acercaron a su domicilio a manifestarles su apoyo. “Pero otros vecinos le dan vuelta la cara a mi viejo y eso es muy ingrato. No lo pueden juzgar por lo que dicen los medios. Yo entiendo el dolor de los familiares, pero nosotros no hicimos nada”, dijo Federico.

   “¿Cómo puede ser que yo siga estando preso si nunca le hice nada a nadie? —pregunta una vez más Cristian—. Yo no quiero prisión domiciliaria. Quiero mi libertad. Si no tengo nada que ver. Quiero recuperar lo que tenía pero me cagaron la vida. ¿Cómo sigo por más que mañana me den la libertad? Si todo el mundo va a decir que soy un asesino, va a dudar o me va a señalar. Estuve treinta días encerrado preguntándome qué hice en mi vida para merecer esto. Pienso y me respondo que lo único que hice en diez años es laburar sin parar de domingo a domingo para tener negocios. ¿Y ahora para qué? Quiero que me muestren por qué me acusan. No sé por qué estoy detenido. No tengo una respuesta todavía”.
Por María Laura Cicerchia / La Capital
Share this article :

0 comentarios:

Publicar un comentario

Todo lo que puedas aportar para mejorar este Blog será bienvenido. Opiniones, Historias, Fotos, etc. Puedes hacerlo también a mi e-mail: charlesfrancis1953@hotmail.com
Por todo; Gracias.-
Carlos

HISTORIA DE UNA BANDA

 
Support : Creating Website | Johny Template | Mas Template
Copyright © 2011. LA CHICAGO ARGENTINA - All Rights Reserved
Template Created by Creating Website Published by Mas Template
Proudly powered by Blogger